El Banco de México decidió hacer un movimiento que ya muchos anticipaban, pero que no deja de llamar la atención: recortó su tasa de interés interbancaria en 50 puntos base, llevándola al 9%. La Junta de Gobierno tomó la decisión sin seguir directamente a la Reserva Federal de Estados Unidos, que mantuvo su tasa sin cambios.
Los ajustes, de acuerdo con Banxico, obedecen principalmente a los recientes anuncios sobre aranceles y al comportamiento de la inflación en las últimas semanas. Mientras tanto, la Fed mantuvo su tasa clave dentro de un rango entre 4.25% y 4.5%, tal como pronosticaron los analistas.
En México, la inflación dio un respiro. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la inflación general se desaceleró durante la primera quincena de marzo y se ubicó en 3.67%. Esta cifra cobra relevancia al contrastar con el repunte que había mostrado en febrero, devolviendo cierto alivio al panorama económico.
El informe también detalla que la inflación subyacente, la que excluye productos de precios volátiles, cerró en 3.56%. Este nivel está ligeramente por debajo del promedio observado entre 2003 y 2019, cuando se fijó como meta permanente una inflación del 3%.
Banxico señala que las expectativas de inflación para finales de 2025 mejoraron, aunque las proyecciones de largo plazo todavía se mantienen por encima de la meta establecida. A pesar de este panorama, la institución no ignora los riesgos globales que persisten, como las tensiones comerciales, los conflictos geopolíticos y la volatilidad de los mercados.
El recorte, aunque esperado, abre la puerta a una dinámica interesante para los próximos meses. Especialistas de Ci Banco advierten que los pasos futuros de Banxico estarán muy condicionados por el entorno internacional, especialmente a partir del 2 de abril, cuando entren en vigor los aranceles recíprocos anunciados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Los analistas consideran que Banxico mantendrá la tendencia de seguir reduciendo su tasa, aunque es probable que los siguientes recortes sean más moderados, bajando solo 25 puntos base en cada ocasión y, quizás, realizando pausas según lo amerite la situación.
La proyección indica que la tasa de interés de fondeo podría cerrar el año en 8.25%, un dato que podría marcar la pauta para inversionistas, empresas y consumidores, quienes estarán atentos a cada movimiento del banco central en medio de un entorno global que sigue siendo incierto y desafiante.