Tomas clandestinas halladas y aseguradas en Tlalnepantla son un peligro silenciado

En una operación coordinada, la Fiscalía General de la República (FGR) aseguró dos tomas clandestinas de combustible y 15 mil litros de hidrocarburo en el municipio de Tlalnepantla, Estado de México. El hallazgo, resultado de un cateo efectuado en un domicilio del municipio, expone los riesgos asociados al robo de combustible y sus implicaciones para la seguridad de la población.

La intervención, liderada por la Fiscalía Especializada de Control Regional (FECOR), contó con la participación del Ministerio Público de la Federación (MPF), la Policía Federal Ministerial (PFM) y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Estos equipos trabajaron en conjunto con personal de Petróleos Mexicanos (Pemex), la Guardia Nacional, Protección Civil y Seguridad Pública, formando un frente integral contra una práctica que compromete la infraestructura y la seguridad comunitaria.

Durante el cateo, además de las tomas clandestinas, fueron aseguradas tres bombas hidráulicas, siete cubitanques de mil litros de capacidad, cuatro vehículos y un conjunto de mangueras de diversos tamaños, incluyendo dos de 60 metros de longitud. Las autoridades procedieron a la desactivación de las tomas clandestinas para prevenir accidentes y proteger a la ciudadanía.

El combustible y los materiales decomisados han sido puestos a disposición de una agente del Ministerio Público Federal, quien lidera la investigación para identificar a los responsables. Este caso se suma a los esfuerzos continuos para combatir el llamado “huachicol”, una actividad que, más allá de representar una pérdida económica significativa, implica riesgos graves de explosiones y contaminación.

El robo de combustible no solo afecta las finanzas de Pemex y del país, sino que también pone en peligro la vida de las comunidades cercanas a estas instalaciones clandestinas. La intervención en Tlalnepantla subraya la necesidad de mantener la vigilancia y la colaboración entre diferentes instituciones para proteger tanto a la ciudadanía como los recursos de la nación.

Este operativo destaca como un recordatorio de que la seguridad es un esfuerzo conjunto. Aunque las cifras y los materiales asegurados puedan parecer solo datos fríos, cada acción tiene como fin evitar tragedias que impacten familias y comunidades enteras. La investigación seguirá su curso para garantizar que los responsables enfrenten las consecuencias de sus actos y para reforzar las acciones contra delitos de esta índole.

Operativo Atarraya da golpe a la criminalidad en bares del Edomex

El Operativo Atarraya continúa su lucha frontal contra el crimen organizado en el Estado de México, marcando un paso firme hacia la seguridad en los municipios más afectados. En una acción conjunta entre autoridades federales y estatales, se aseguraron siete bares y “chelerías” en Naucalpan y Tlalnepantla, elevando a 194 el número total de establecimientos intervenidos desde el inicio del operativo.

 

Bajo la dirección de instituciones como la Fiscalía del Estado de México, la Secretaría de Seguridad estatal, la Guardia Nacional y la Secretaría de la Defensa Nacional, este esfuerzo tiene como objetivo principal desmantelar espacios utilizados para actividades ilícitas como tráfico de drogas, extorsión, trata de personas y homicidios.

 

En Naucalpan, fueron intervenidos establecimientos populares como “La Rumba”, “Malibú” y “Rock Bar”, además de otros centros conocidos por sus vínculos con actividades delictivas. En Tlalnepantla, “El Barrigón” y “Meduza” también fueron asegurados, dejando claro que no habrá tolerancia ante prácticas que pongan en riesgo a la población.

 

Desde su inicio el 13 de diciembre, este operativo ha impactado a 27 municipios del Estado de México, incluyendo Ecatepec, Toluca, Nezahualcóyotl y Chalco. Los primeros resultados arrojaron el cierre de 149 locales, en un movimiento que busca restaurar la seguridad en estas comunidades.

 

El impacto del Operativo Atarraya va más allá de las estadísticas. En cada intervención, las autoridades desmantelan estructuras que sostienen la violencia y la inseguridad en el Estado de México, enviando un mensaje claro a quienes buscan operar al margen de la ley.

 

La coordinación entre fuerzas de seguridad es uno de los pilares de este éxito. Con la participación de Protección Civil, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y la Coordinación Nacional Antisecuestro, el despliegue masivo ha logrado asegurar zonas de alta incidencia delictiva.

 

El Operativo Atarraya no solo representa un golpe directo contra el crimen organizado, sino también una esperanza renovada para miles de habitantes del Estado de México que exigen paz y justicia en sus comunidades. La misión es clara: no ceder terreno ante quienes atentan contra la tranquilidad de la sociedad.