La presidenta Claudia Sheinbaum ha incorporado el concepto de “desarrollo sostenible” a su política de soberanía energética, la cual guiará el rumbo del mercado petrolero y eléctrico durante su gobierno. El plan de gobierno presentado resalta los logros alcanzados en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador y establece ciertas continuidades, como el respaldo a las empresas estatales Pemex y CFE. Sin embargo, se distingue un cambio importante hacia las energías renovables, en contraste con el enfoque en gas y petróleo de la administración anterior.
Sheinbaum, quien tiene formación en física con especialización en energía y medio ambiente, ha declarado que, aunque seguirá las bases del sexenio previo, su enfoque será “descarbonizar la matriz energética lo más rápido posible”. En el documento presentado, se menciona que la política energética debe asegurar un funcionamiento eficiente durante su gobierno y, al mismo tiempo, sentar bases sólidas para una transición hacia un futuro sostenible.
La nueva administración reconoce la realidad del declive en la producción de hidrocarburos y destaca la abundancia de energías renovables, así como las limitaciones en la disponibilidad de minerales necesarios para tecnologías alternativas, como el litio. En este contexto, Sheinbaum ha reducido la meta de producción petrolera a 1.8 millones de barriles diarios, una cifra menor a la propuesta en el sexenio anterior, y ha nombrado en cargos clave a expertos en energías limpias.
Entre las designaciones están Víctor Rodríguez en la dirección de Pemex, un académico enfocado en la transición energética, y dos investigadores en puestos importantes: Juan José Vidal Amaro en la subsecretaría de hidrocarburos y Jorge Islas Samperio en la de transición energética.
El plan de Sheinbaum incluye la continuidad de políticas como la regulación de precios de combustibles y el fortalecimiento de Pemex y la CFE, pero también establece nuevos objetivos, como el reemplazo de vehículos convencionales y el aumento de generación eléctrica mediante energías eólicas, solares y distribución descentralizada. Este enfoque difiere de la administración anterior, que había priorizado las plantas de la CFE por considerarlas más seguras.
Aunque el documento no detalla proyectos específicos a desarrollarse en los próximos años, Sheinbaum ha señalado la importancia de establecer reglas claras y justas para la participación de empresas privadas en la generación de energías limpias.