El primer debate presidencial rumbo a las elecciones federales del 2 de junio tuvo un costo total de 12 millones 775 mil 586.46 pesos, superando el presupuesto inicial por 923 mil pesos debido a costos adicionales de logística. A pesar de esta inversión, el evento experimentó problemas técnicos, como fallas en la transmisión y desajustes en los relojes que medían el tiempo de participación de los candidatos Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez.
El informe del Instituto Nacional Electoral (INE) detalló que el gasto se distribuyó en distintas categorías. Se destinaron 8.1 millones de pesos a gastos de producción, incluyendo 1.9 millones para el equipo de la productora, 2.4 millones para la transmisión y 3.7 millones para la escenografía. Otros gastos incluyeron 53 mil pesos para la medición del rating, 208 mil pesos para la impresión de gafetes para invitados y medios de comunicación, 231 mil para la traducción del debate en lenguas originarias, 419 mil para el análisis de las preguntas, y 3.6 millones para logística, con 2.7 millones destinados a requerimientos técnicos.
A pesar de estas inversiones, se presentaron problemas técnicos, como el ruido ambiental del aire acondicionado y personas tosiendo durante el debate. También hubo un error en el cronómetro de la candidata Claudia Sheinbaum, que siguió corriendo cuando ella no estaba hablando. La consejera presidenta de la Comisión Temporal de Debates, Carla Humphrey, explicó que este error fue corregido durante el debate utilizando un segundo conteo.
En cuanto a la actividad en redes sociales, el INE señaló que hashtags como #debateINE, #DebatePresidencial y #DebateConX estuvieron entre los más utilizados durante el evento. Las críticas también giraron en torno a la calidad de la transmisión y las fallas técnicas.
A pesar de las fallas, el debate atrajo la atención de un gran público. Según el INE, 11.8 millones de personas mayores de 18 años vieron el debate, y 127 medios convencionales generaron un impacto de 1.4 millones de menciones.
Este primer debate fue un evento clave en el proceso electoral, pero los problemas técnicos y el costo excesivo generaron críticas y señalaron áreas de mejora para futuros encuentros. Los candidatos y el INE ahora deberán trabajar para abordar estos problemas y garantizar que el próximo debate sea más eficiente y efectivo.