En medio de una tragedia que ha golpeado fuertemente al sur de Estados Unidos, el gobierno de México se ha convertido en un aliado clave al brindar apoyo inmediato en las labores de rescate tras las intensas inundaciones registradas el pasado 4 de julio. Los efectos de la tormenta dejaron una marca profunda en la región, con un saldo de al menos 109 personas fallecidas y más de 160 desaparecidas, según reportes de la agencia AFP.
El condado de Kerr, en Texas, fue una de las zonas más afectadas por el desbordamiento de ríos en San Antonio, Hill Country, Bandera y áreas cercanas. Ante la emergencia, el llamado de ayuda fue respondido con rapidez por los cuerpos de rescate mexicanos, en especial por los equipos de Protección Civil, quienes enviaron a sus elementos especializados en labores de búsqueda acuática y rescate.
El gesto no pasó desapercibido. Desde Washington, la vocera del Departamento de Estado de Estados Unidos, Tammy Bruce, hizo pública su gratitud hacia México, reconociendo la valentía y compromiso de los equipos enviados. “Nuestros amigos y vecinos en México, quienes generosamente han enviado valientes bomberos y miembros de sus equipos de rescate acuático de Protección Civil”, destacó la funcionaria en un comunicado oficial.
Por su parte, Ronald Johnson, embajador de Estados Unidos en México, también expresó su reconocimiento al gobierno mexicano, especialmente a la presidenta Claudia Sheinbaum, por la solidaridad mostrada en un momento tan difícil. Aseguró que este tipo de acciones fortalecen los lazos entre ambas naciones, dejando claro que la colaboración regional es esencial frente a desastres naturales de esta magnitud.
Durante el fin de semana, diversos países hicieron llegar sus condolencias al pueblo estadounidense, pero la participación activa de México en las tareas de rescate fue especialmente valorada por las autoridades norteamericanas. El apoyo se centró en las zonas más golpeadas por las lluvias, donde la situación seguía siendo crítica.
La respuesta mexicana fue coordinada con eficiencia, destacando no solo por la rapidez de su despliegue, sino también por el profesionalismo de los elementos que enfrentaron condiciones extremas para salvar vidas. La valentía y entrega de estos equipos se ha convertido en símbolo de hermandad y cooperación, dejando una huella que trasciende fronteras.
Este gesto solidario entre países vecinos ha sido un ejemplo de cómo, incluso en los momentos más difíciles, la colaboración y la empatía pueden hacer una gran diferencia.