La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, exigió este jueves a Estados Unidos establecer indicadores técnicos claros y específicos que regulen el cierre de la frontera ante casos sanitarios como el del gusano barrenador del ganado. La mandataria subrayó que no se puede aceptar que “por cualquier pretexto” se detenga el comercio binacional, afectando a miles de productores ganaderos mexicanos y provocando efectos negativos también en el mercado estadounidense.
Sheinbaum precisó que el gobierno mexicano, a través de la Secretaría de Agricultura y su titular, Julio Berdegué, mantiene un diálogo constante con las autoridades estadounidenses para lograr una reapertura basada en criterios científicos y técnicos. El país ha cumplido con medidas sanitarias rigurosas como filtros sanitarios, inspección por parte de veterinarios certificados y procesos de lavado para el ganado.
Durante su conferencia matutina, la presidenta puntualizó que la existencia de un solo caso, como el registrado en Veracruz, no debe justificar el cierre de toda la frontera, especialmente considerando la distancia entre estados como Sonora —vecino fronterizo con EE.UU.— y el estado afectado. “No se puede seguir así, que porque se encontró uno en tal lugar, entonces ya se cierra la frontera”, declaró.
La mandataria reiteró que México está solicitando lineamientos específicos y verificables para que ambos países actúen con base en evidencia técnica. Detalló que ya existe un grupo técnico binacional trabajando en esos indicadores y que, según le informó Berdegué, ya hay un avance sustancial en la definición de estos criterios, aunque aún deben ser revisados para garantizar una solución de largo plazo.
Como parte de los acuerdos bilaterales en marcha, Estados Unidos aportará 30 millones de dólares para instalar una planta productora de la mosca estéril, el único medio biológico efectivo para eliminar al gusano barrenador. La instalación ya tiene ubicación definida y se están coordinando los trabajos con el único fabricante en el mundo de este tipo de equipamiento. Se estima que la planta estará lista en aproximadamente 10 a 11 meses, aunque Sheinbaum aclaró que esto no implica una reapertura inmediata de la frontera.
Recordó además que, en cada zona donde se detecta un animal infectado, deben transcurrir 28 días sin nuevos casos para declararla libre de la plaga. Por ello, se continúa trabajando estrechamente con el gobierno estadounidense, particularmente con la Secretaría de Agricultura de ese país.
Sheinbaum señaló que los cierres fronterizos intermitentes generan incertidumbre para los productores mexicanos y también impactan a Estados Unidos al generar escasez de carne y, con ello, el aumento en los precios. “Un día cierran, otro día no y otro día sí, y afectan a quienes se dedican a esto y también afectan a Estados Unidos porque el precio de la carne sube cuando no hay suficiente oferta”, indicó.
La suspensión más reciente fue anunciada el pasado 9 de julio por la secretaria del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, Brooke L. Rollins, luego de confirmarse un nuevo caso de gusano barrenador en Veracruz. Este cierre, el tercero en apenas ocho meses, se produjo tan solo tres días después de que se reanudaran los envíos, con un primer cargamento de 900 cabezas de ganado.
Sheinbaum concluyó que el tema técnico está siendo atendido y confió en que pronto se pueda restablecer de forma estable el flujo de ganado mexicano hacia Estados Unidos, uno de los principales destinos para la ganadería nacional.
