A veces, una pelota puede ser más que solo un juego. A veces, es refugio, esperanza y la chispa que enciende una nueva vida. Así lo descubrí al conocer más sobre “Más que un club: Unidos somos deporte, refugio y esperanza”, un documental que se proyectó durante la edición número 40 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) y que, sinceramente, toca el corazón de una manera muy especial.
Este corto documental se presentó en el Ágora Jenkins de la Cineteca FICG, y la historia que se cuenta no es de superhéroes ni de ficciones lejanas: es la historia real de cómo el deporte está transformando la vida de miles de jóvenes refugiados en Uganda, gracias a un proyecto liderado por ACNUR (la Agencia de la ONU para los Refugiados) y la Fundación FC Barcelona.
Este documental nace del viaje que realizaron estas dos organizaciones a los asentamientos de Nakivale y Oruchinga, en Uganda. A ellos se unió el actor mexicano Alfonso Herrera, quien ha sido un rostro comprometido como Embajador de Buena Voluntad de ACNUR para las Américas. Alfonso no fue solo como figura pública, sino como una voz empática que se metió de lleno en la realidad de quienes han tenido que huir de sus hogares para sobrevivir.
El documental nos muestra cómo, en un entorno de desplazamiento y dolor, los niños y adolescentes encuentran un lugar seguro para jugar, aprender y sanar. Y no hablamos de solo unos cuantos chicos. Desde que este proyecto comenzó en 2022, más de 8,400 jóvenes se han beneficiado directamente de estas actividades deportivas, que son mucho más que eso: son puentes hacia la estabilidad emocional, la comunidad y el futuro.
Después hubo una charla abierta al público con Alfonso Herrera, Marta Segú Estruch (directora general de la Fundación FC Barcelona) y Giovanni Lepri (representante de ACNUR en México) quienes compartieron sus vivencias, sus emociones y todo lo que aprendieron al convivir cara a cara con las personas refugiadas.
Este tipo de iniciativas no solo muestran que el deporte puede ser una herramienta para el cambio, sino que demuestran lo que sucede cuando el compromiso social y la empatía se unen. No se trata solo de jugar fútbol; se trata de reconstruir vidas desde la dignidad y la oportunidad.