Ciudad de México se vistió de dignidad y resistencia este 10 de mayo. En pleno Día de las Madres, colectivos de madres buscadoras marcharon sobre Paseo de la Reforma, alzando la voz en una jornada cargada de simbolismo, exigencia y memoria. Desde el Monumento a la Madre hasta el Ángel de la Independencia, la marcha se convirtió en un grito por justicia en un país con más de 128 mil personas desaparecidas.
“Mientras no rompa con los pactos de impunidad, no podremos empezar a confiar en usted”, declararon las madres en un mensaje firme a la presidenta Claudia Sheinbaum. Las escalinatas del Ángel fueron el escenario de una protesta que no sólo recordó a los ausentes, sino que exigió acciones concretas. Entre las demandas: voluntad política, restructuración urgente de la Fiscalía General de la República e inicio de procesos judiciales contra los responsables de profundizar la crisis de desapariciones.
El ambiente fue intenso y profundamente emotivo. Se escucharon consignas como “El Estado nos ha fallado a todas” y “Hijo, escucha, tu madre está en la lucha”. Las calles se llenaron de pancartas con fichas de búsqueda, flores, fotografías, y frases dirigidas a las autoridades. Las madres portaban camisetas con los rostros de sus hijos desaparecidos y etiquetas como #UnidosPorElMismoDolor, llevando su causa del corazón a las avenidas más transitadas de la capital.
La manifestación no solo fue una denuncia, sino también un acto de memoria. La velada del 9 de mayo en el Monumento a la Madre fue un espacio de luz y recuerdo. Velas y retratos se colocaron para rendir homenaje a quienes no han vuelto a casa. En Zacatecas, en la Plaza del Congreso, se llevó a cabo un memorial para las 27 madres buscadoras asesinadas en esa entidad, visibilizando otro rostro de la tragedia: la violencia contra quienes buscan.
El movimiento se extendió más allá de la capital. En Sinaloa, el colectivo Sabuesos Guerreras A.C. colocó las fotografías de sus desaparecidos en las escaleras de la Catedral de Culiacán, sumándose al clamor nacional. La protesta, lejos de ser un evento aislado, es reflejo de un país que enfrenta una crisis humanitaria, reconocida incluso por el Comité de la ONU contra la Desaparición Forzada, que ha señalado la gravedad del caso mexicano conforme al Artículo 34 de la Convención Internacional.
Las madres buscadoras no se detienen. En cada marcha, cada pancarta y cada palabra, colocan el peso de una verdad incómoda: no hay tregua mientras la impunidad persista. La exigencia es clara y sin rodeos: verdad, justicia y acción inmediata.