Osiel Cárdenas, el viejo fantasma del narco, regresa a México para enfrentar la justicia

Osiel Cárdenas, el nombre que alguna vez sembró terror en las calles y fronteras, ha regresado a México. El exlíder del cartel del Golfo y brazo operativo de Los Zetas fue deportado por Estados Unidos para enfrentar cargos por homicidio y posesión ilegal de armas. Tras décadas tras las rejas en el país vecino, su retorno reabre una página oscura del narcotráfico en territorio mexicano.

 

A sus 57 años, Cárdenas fue entregado sin incidentes en la garita de San Diego a las autoridades mexicanas por elementos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). No es la primera vez que pisa suelo mexicano bajo custodia: en 1993, después de su detención en Texas por narcotráfico, fue trasladado al país en virtud del Tratado de Ejecución de Sentencias Penales. Sin embargo, el destino lo volvió a atrapar, y su historial delictivo se extendió como una mancha que no se borra fácilmente.

 

Su captura inicial en 1992 fue un duro golpe para el narcotráfico: Cárdenas fue arrestado en Brownsville con dos kilogramos de cocaína y la firme intención de distribuirla. Años después, los cargos aumentaron exponencialmente. La Fiscalía de Houston lo acusó de 13 delitos relacionados con el tráfico de drogas, lavado de dinero y agresión a funcionarios federales. En 2010, fue sentenciado a 25 años de prisión y multado con 50 millones de dólares, cifra que reflejaba el poderío financiero de su imperio ilegal.

 

A pesar de su larga condena, Cárdenas fue liberado recientemente de la prisión de Terre Haute, Indiana, tras cumplir 17 años. Su retorno es una bomba de tiempo para las autoridades mexicanas, que deberán enfrentar a un hombre cuya influencia y contactos aún podrían ser una amenaza.

 

“Es un capítulo que no está cerrado”, comentó un analista de seguridad. “Su nombre todavía resuena en el mundo del narcotráfico, y su presencia podría reconfigurar ciertos equilibrios de poder.”

 

Ahora, Cárdenas deberá responder en suelo mexicano por delitos pendientes, un recordatorio de que las sombras del pasado nunca desaparecen del todo. Mientras tanto, el país observa con cautela y preocupación: el regreso de un líder de su calibre no es una simple anécdota, sino una advertencia.

 

México vuelve a enfrentar a un viejo fantasma. Esta vez, la justicia tiene una segunda oportunidad para sellar su destino.

Osiel Cárdenas Guillén, Exlíder del Cártel del Golfo, Sale de Prisión en EE.UU.

Las autoridades confirmaron el viernes la liberación de uno de los capos más infames de México, Osiel Cárdenas Guillén, quien fue puesto en libertad tras cumplir la mayor parte de una sentencia de 25 años en una prisión estadounidense. Ahora, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) ha asumido el control del caso de Cárdenas Guillén, de 57 años, conocido como “El Mata Amigos”, según informó a Associated Press un funcionario de la Oficina de Prisiones de EE.UU.

Cárdenas Guillén, quien fuera el líder del Cártel del Golfo y responsable de coordinar el tráfico masivo de cocaína y marihuana hacia Estados Unidos, aún enfrenta varios cargos en México. Aunque no se ha determinado si las autoridades estadounidenses lo deportarán, una fuente anónima reveló a NBC News que el gobierno de Biden estaría considerando trasladarlo a México.

El exlíder del Cártel del Golfo es tristemente célebre por su brutalidad. Fue el creador de Los Zetas, una organización de sicarios que cometió actos de violencia extrema en México, incluyendo masacres, decapitaciones y la exhibición de cuerpos desmembrados en vías públicas.

Cárdenas Guillén fue capturado en 2003 y extraditado a Estados Unidos en 2007, donde se declaró culpable de narcotráfico, lavado de dinero y extorsión. En 2010, fue condenado a 25 años de prisión y a pagar una multa de 50 millones de dólares. Sin embargo, no está claro por qué no cumplió la totalidad de su condena.

A pesar de la captura de Cárdenas Guillén, Los Zetas continuaron operando y se convirtieron en un cártel independiente que extendió sus actividades violentas hasta el sur de Tabasco, hasta que sus principales líderes fueron abatidos o arrestados entre 2012 y 2013.

Por su parte, el Cártel del Golfo, que alguna vez lideró Cárdenas Guillén, se ha fragmentado en facciones rivales como los Metros, los Ciclones, los Rojos y los Escorpiones, tras más de una década de conflictos internos sangrientos.

Uno de los incidentes más notorios en la historia criminal de Cárdenas Guillén ocurrió en 1999, cuando ordenó detener un vehículo en el que viajaban dos agentes de la DEA y un informante en Matamoros, cerca de la frontera con Texas. Rodeados por sicarios armados, los agentes se negaron a entregar al informante, quien probablemente habría sido torturado y asesinado. Finalmente, Cárdenas Guillén ordenó a sus hombres que se retiraran, no sin antes advertirles: “Gringos, este es mi territorio”.