En una conferencia de prensa celebrada este lunes, Xóchitl Gálvez, candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México, afirmó que apostará por capitalizar el descontento generalizado hacia el partido gobernante, Morena, para revertir las encuestas desfavorables frente a su rival, Claudia Sheinbaum, rumbo a las elecciones del 2 de junio.
Gálvez destacó que las fuerzas que la respaldan, entre ellas el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), han acordado fortalecer su campaña con una inyección adicional de aproximadamente 180 millones de pesos. Esta medida, según la candidata, es crucial para nivelar la contienda ante su contrincante oficialista.
En su estrategia de contraste con el oficialismo, Gálvez enfatizó que las señales de descontento hacia el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador son cada vez más evidentes, como lo reflejaron las recientes protestas en Campeche, donde se exige la renuncia de la gobernadora Layda Sansores, miembro de Morena. Durante las manifestaciones, se coreó el llamado al “voto de castigo”, señalando directamente la necesidad de destituir a Sansores.
Aunque su mirada se centra en Campeche, Gálvez también identifica otros territorios donde espera un aumento del apoyo opositor, como Chiapas, Tabasco, Sinaloa, Sonora, y la Ciudad de México, donde la oposición ha obtenido resultados sorpresivos en elecciones anteriores.
La candidata resaltó el presunto “mal trabajo” de Sheinbaum en la capital durante su mandato y subrayó la creciente insatisfacción ciudadana, especialmente en materia de seguridad. Además, mencionó estados como Veracruz y Morelos, donde la inseguridad se perfila como un factor determinante en las elecciones.
Gálvez celebró el incremento en los recursos financieros de su campaña, gracias al aumento de aportaciones por parte del PAN, el PRI y el PRD, aunque aún están lejos del tope de gastos permitidos.
Por último, la candidata anunció la presentación de una denuncia penal contra dos hijos de López Obrador y otras personas vinculadas a ellos, por presuntas irregularidades en la venta de materiales para el proyecto del Tren Maya. Esta acción se suma a una serie de denuncias previas presentadas por Gálvez desde que asumió la candidatura presidencial, como parte de su estrategia para destacar supuestas prácticas de corrupción en el gobierno actual.