Un contundente operativo coordinado por fuerzas federales y estatales ha sacudido al Estado de México, dejando al descubierto un preocupante vínculo entre funcionarios de seguridad pública y grupos delictivos. Hasta el momento, siete de las 14 órdenes de aprehensión emitidas han sido cumplidas, marcando un paso significativo en la lucha contra la corrupción en las instituciones.
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana federal, Omar García Harfuch, informó que esta acción, denominada Operativo Enjambre, movilizó a 1,500 elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Secretaría de Marina (Semar), y la Secretaría de Seguridad federal, con el apoyo del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). “Estas detenciones representan un mensaje claro: no hay espacio para quienes traicionan la confianza ciudadana desde dentro de nuestras instituciones”, declaró Harfuch en su cuenta oficial.
Entre los detenidos destacan directivos de seguridad de Tejupilco, Ixtapaluca y Naucalpan, así como María Elena “N”, presidenta municipal de Amanalco. Aunque los nombres de otros tres involucrados permanecen en reserva, las autoridades confirmaron que todos los implicados enfrentan acusaciones por facilitar las operaciones de grupos delictivos en el Estado de México.
En un hecho que subraya la gravedad del caso, uno de los objetivos clave del operativo, Isidro Cortés, director de Seguridad Ciudadana de Texcatitlán, se quitó la vida antes de ser detenido. Este suceso, según fuentes oficiales, pone de manifiesto la presión que enfrentan los funcionarios señalados por sus vínculos con el crimen organizado.
El operativo fue resultado de meses de investigación encabezada por la Fiscalía del Estado de México y el Gabinete de Seguridad del Gobierno de México. “No se trata solo de detener a quienes colaboran con el crimen, sino de reconstruir la confianza ciudadana en nuestras instituciones”, señaló un funcionario del gabinete bajo condición de anonimato.
La población, aunque sorprendida, ha recibido con esperanza estas acciones. “Es tiempo de que se haga justicia y se limpie el sistema”, expresó una vecina de Naucalpan, quien pidió mantenerse en el anonimato por razones de seguridad.
Con siete detenidos y siete órdenes aún por cumplirse, el Operativo Enjambre no solo busca desarticular esta red de corrupción, sino también sentar un precedente en el combate a la colusión institucional. “La justicia avanza, aunque el camino sea largo”, concluyó García Harfuch.