Un siglo XXI con alma barroca: La Pasión de Cristo toma el Zócalo

La Plaza de la Constitución, ese espacio icónico donde convergen la historia, la memoria y la identidad nacional, se convertirá nuevamente en el escenario vivo de uno de los relatos más conmovedores de la humanidad. Este 18 de abril, la Compañía Nacional de Teatro Clásico Fénix Novohispano celebra 25 años consecutivos de representar la Pasión de Cristo en el Zócalo de la Ciudad de México, reafirmando así una tradición que combina arte, espiritualidad y reflexión social.

Este año, la dirección escénica corre a cargo de la maestra Norma Duarte, figura clave de esta agrupación que ha dado vida a distintos personajes a lo largo de una década. En esta ocasión, la interpretación de Jesús estará a cargo del actor Christopher Martínez, quien recorrerá la plancha del Zócalo acompañado por 30 actores y 20 músicos en vivo, llevando al público por un viaje emotivo que toca fibras profundas.

La actriz Mara Violena, egresada de la UNAM, encarna a la Virgen María, y su papel está cargado de simbolismo, siendo un espejo del dolor de tantas madres que hoy buscan justicia en nuestro país. La historia cobra una dimensión contemporánea, conectando los padecimientos bíblicos con las heridas sociales actuales.

El elenco incluye a reconocidas figuras como Pedro Adame, quien interpretará a Pilatos; Alhelí Ábrego como su esposa, y José Juan de la O en el papel de Barrabás. Cada uno aporta una lectura actual a sus personajes, haciendo eco de una realidad que sigue marcada por la violencia, la ambición desmedida y la falta de empatía.

El evento comienza a las 10:00 horas con un toque de cornetas en tono de duelo, un gesto solemne que honra a las víctimas de las últimas décadas en México. A partir de ahí, el Viacrucis recorrerá la Plaza Mayor, un espacio que guarda una fuerte carga histórica desde 1525, cuando Hernán Cortés cedió el terreno a los franciscanos para levantar su templo y claustro.

Fénix Novohispano, bajo la dirección de Francisco Hernández, ha mantenido viva la llama del teatro clásico desde su fundación en el año 2000, presentando más de 100 obras en recintos emblemáticos como el Palacio Nacional, la Catedral Metropolitana, el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, entre otros. Su legado es una muestra de la vitalidad del arte escénico en contextos públicos y de su poder para generar comunidad.

La representación de la Pasión de Cristo no solo recuerda un episodio esencial en la tradición cristiana, también se convierte en un espejo para mirar nuestro presente. Una experiencia donde el arte y la fe se entrelazan, invitando a la reflexión desde el corazón de la ciudad.