Sheinbaum marca distancia: La Cuarta Transformación redefine la economía mexicana

Durante el banderazo de arranque para las obras de infraestructura de carga del Tren Maya en Progreso, Yucatán, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, envió un mensaje firme: el Fondo Monetario Internacional (FMI) no ha comprendido que la Cuarta Transformación ya es una realidad en el país.

En un discurso lleno de convicción, la mandataria desestimó las recientes proyecciones del organismo internacional, que anticiparon una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) mexicano del 0.3 por ciento, cifra que representa 1.7 puntos porcentuales menos en comparación con estimaciones previas. Con palabras claras, Sheinbaum declaró: “Hace unos días salió un reporte del Fondo Monetario Internacional y dicen que México se va a endeudar, esa es su visión. Pues es que no entendieron que en México llegó la Cuarta Transformación, que aquí se acabó la corrupción, se acabaron los privilegios y el recurso del pueblo se le regresa al pueblo de México”.

Desde uno de los proyectos estratégicos del sureste, la titular del Ejecutivo subrayó que el nuevo modelo económico impulsa un cambio profundo. Con la visión de un Estado que prioriza a los más necesitados, Sheinbaum explicó que los recursos públicos se traducen en acceso a derechos fundamentales como la salud, la educación y la vivienda.

Con entusiasmo, la presidenta reafirmó un principio que guía la actual administración: “Es el principio de la prosperidad compartida. Cambió el modelo. Antes se pensaba que dándole solo a los de arriba, algún día iba a llegar abajo. Y ahora es todo lo contrario, se riega la economía desde abajo como una planta para que crezca, para que florezca”.

La postura de Sheinbaum resalta el enfoque renovado del gobierno federal, centrado en devolver los recursos a la ciudadanía y construir una economía donde el bienestar colectivo es el motor del desarrollo. La Cuarta Transformación se proyecta así no solo como un lema político, sino como un nuevo camino económico que busca dejar atrás viejas prácticas de privilegios y corrupción.

En un contexto de grandes proyectos de infraestructura como el Tren Maya, la presidenta dejó claro que México avanza con paso propio, apostando por un crecimiento inclusivo y una transformación de fondo, en donde la prosperidad se siembra desde las raíces mismas de la sociedad.