Ahoradespués: Una obra que te invita a no postergar lo esencial

A partir del 5 de mayo de 2025, La Teatrería abre sus puertas a Ahoradespués, una puesta en escena que toma el tiempo como punto de partida para hablar de lo que no se dijo, lo que se quedó pendiente y lo que aún está por sanar. El proyecto, creado por Late Producciones y Magnífico Entertainment, se convierte en una especie de espejo que nos enfrenta con esas palabras que posponemos, los abrazos que dejamos en pausa y las emociones que disfrazamos de rutina.

El relato sigue el intento de un hijo por reconstruir el último día que pasó con su padre. Cada escena, cada detalle, cada espacio —desde una cancha de fútbol hasta la cocina familiar— son piezas de un rompecabezas emocional que se arma en tiempo real frente al público. En medio de este ejercicio de memoria, se filtran aromas, texturas, sonidos y silencios que narran tanto como las palabras.

Con la dirección sensible de Alonso Íñiguez, Ahora después se desenvuelve en un espacio visualmente simple pero emocionalmente profundo. La puesta permite que el espectador se conecte desde lo esencial, sin ornamentos, y encuentre en cada pausa y cada gesto una historia propia. Íñiguez, con su estilo reconocido en la escena teatral mexicana, afina la mirada para que lo mínimo tenga el peso de lo inmenso.

Jesús Zavala es quien da vida al hijo. Su actuación sostiene con fuerza y vulnerabilidad un monólogo que es, al mismo tiempo, íntimo y colectivo. A través de su interpretación, transita con naturalidad del humor a la nostalgia, del juego a la confesión. La historia se vuelve así una experiencia sensorial que hace presente todo lo que, de otra forma, quedaría olvidado en algún rincón del pensamiento.

El texto del dramaturgo argentino Guido Zappacosta, ganador del concurso CONTAR, aporta una narrativa cargada de afecto y precisión. Es un guion que no exige respuestas, pero sí atención. En lugar de grandes giros, entrega pequeños hallazgos que, juntos, construyen un momento vital. “Habla, llora, ama… pero hazlo ahora”, sugiere su escritura, como un susurro que se queda rebotando mucho después de que baja el telón.

Ahoradespués no se propone sermonear, pero logra estremecer. Deja una huella que incomoda con ternura y una sensación de urgencia suave pero clara. Una obra que observa el pasado con los ojos puestos en el presente, mientras nos recuerda que no siempre hay un después para decir lo que importa.