En medio de la contienda por el poder en el país, los partidos políticos PRD y PT enfrentan una batalla crucial por su supervivencia como institutos políticos nacionales en las próximas elecciones del 2 de junio.
Ambas agrupaciones, amparadas en estrategias de coalición que han compensado su declive electoral, se esfuerzan por alcanzar el 3% de votos que les asegure su continuidad en el panorama político.
El PRD ha experimentado una marcada caída desde su división interna tras las elecciones de 2012, que dio origen a Morena. En los comicios federales, su apoyo ha disminuido significativamente, pasando de más del 11% en 2015 a menos del 6% en 2018 y aún menos en 2021, con un 3.7% de los votos.
Particularmente preocupante es su situación en los comicios locales, donde en 17 estados no ha logrado alcanzar el 3% requerido por la ley para mantener su registro y recibir financiamiento local. Aunque oficialmente reporta casi un millón de miembros, en algunos estados su presencia es prácticamente nula.
Por su parte, el PT, surgido en los años 90 como contrapeso a la izquierda, ha subsistido gracias a alianzas políticas. Sin embargo, su situación también es precaria, con el riesgo de perder su registro ante los resultados electorales. A pesar de su respaldo al presidente López Obrador, su respaldo electoral ha sido inconsistente, oscilando entre el 3% y el 6%.
Enfrentando desafíos similares, ambos partidos se encuentran en una encrucijada donde la supervivencia política está en juego, mientras sus dirigencias mantienen un control prolongado que ha generado críticas sobre la democratización interna de estas agrupaciones.