Un paso crucial para la justicia trans en CDMX con la entrada de la “Ley Paola Buenrostro”

El 23 de agosto marca un día histórico en la Ciudad de México con la publicación de la Ley Paola Buenrostro en la Gaceta Oficial, una legislación que redefine el panorama de los derechos humanos y la justicia para las mujeres trans en el país. Esta ley tipifica el transfeminicidio como un delito, imponiendo penas que van desde los 35 hasta los 70 años de prisión, un castigo severo que busca frenar la violencia extrema contra este sector vulnerable de la población.

 

Con la entrada en vigor de esta legislación, la Ciudad de México se convierte en la segunda entidad federativa en México, después de Nayarit, en reconocer el transfeminicidio como un delito. La Ley Paola Buenrostro, nombrada en honor a la primera víctima de transfeminicidio reconocida en el país, tiene como objetivo garantizar el acceso a la justicia para las víctimas de la violencia transmisógina y erradicar la impunidad que ha prevalecido en casos de violencia extrema contra mujeres trans.

 

“Es un acto de justicia histórica para nuestras compañeras trans que han sido víctimas de odio y violencia. La Ley Paola Buenrostro no solo honra la memoria de Paola, sino que envía un mensaje claro: la violencia transmisógina no será tolerada en nuestra ciudad”, expresó una activista trans durante una manifestación frente al Congreso de la Ciudad de México.

 

La ley contempla reformas significativas en el Código Penal, el Código Civil, la Ley Orgánica de la Fiscalía General de Justicia y la Ley de Víctimas de la Ciudad de México. Estas modificaciones no solo establecen el transfeminicidio como un delito autónomo, sino que también agravan las penas cuando el crimen se comete bajo circunstancias específicas, como en el contexto del trabajo sexual, en presencia de personas cercanas a la víctima, o cuando la víctima es menor de edad, tiene alguna discapacidad, o es una persona adulta mayor trans.

 

El artículo 148 Ter del Código Penal, ahora modificado, define el transfeminicidio como “el acto de privar de la vida a una mujer trans o a una persona cuya identidad o expresión de género, real o percibida, se encuentre dentro del espectro femenino de género”. Además, se añaden agravantes que aumentan la condena hasta en una tercera parte cuando el delito se perpetra con saña relacionada con la identidad o expresión de género de la víctima.

 

Otra adición crucial es la modificación del artículo 118 del Código Civil, que ahora permite que, en caso de fallecimiento de una persona transgénero, y si sus familiares se niegan a realizar el trámite de defunción o podrían vulnerar su identidad, una persona de su familia social, definida según la Ley de Víctimas de la Ciudad de México, pueda realizar dicho trámite. Esta medida busca asegurar que la identidad de las personas trans sea respetada incluso después de su muerte, un derecho fundamental que había sido ignorado hasta ahora.

 

Este avance legislativo en la Ciudad de México es un paso crucial en la lucha contra la violencia de género y la protección de los derechos humanos de las personas trans. Sin embargo, a pesar de este progreso, aún queda un largo camino por recorrer en el resto del país. La Suprema Corte de Justicia de la Nación y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ya han instado a que todos los casos de muertes violentas de mujeres trans sean investigados bajo protocolos de feminicidio, y han exigido a los congresos locales que implementen medidas similares para garantizar la justicia en todo el territorio nacional.

 

“La Ley Paola Buenrostro es un hito, pero no es el final de nuestra lucha. Continuaremos presionando para que todos los estados adopten legislaciones similares y para que ningún crimen de odio quede impune en México”, afirmó la representante de una organización de derechos trans.

Por Amenazas, Ruega por su Vida: Diputada Salma Luévano

En medio de la agitación política y la lucha por la igualdad, la diputada Salma Luévano, conocida como la “diputrans” de Morena, se encuentra en un momento crítico de su carrera, enfrentando amenazas de muerte y buscando la atención del presidente Andrés Manuel López Obrador.

El conflicto se desató cuando el presidente emitió comentarios transfóbicos hacia Luévano, seguidos de una disculpa que no fue suficiente para calmar las preocupaciones de la legisladora.

A través de sus redes sociales, Luévano denunció que las amenazas de muerte en su contra han escalado, creando un ambiente de temor constante. La diputada insistió en la importancia de reunirse con el presidente para discutir la agenda LGBT+, que considera URGENTE.

En un conmovedor mensaje, Luévano expresó: “Hoy más que nunca temo por mi vida. Es lamentable lo que está sucediendo con mis hermanas trans”. Además, aprovechó la oportunidad para exigir justicia por el reciente asesinato de Miriam Ríos, comisionada trans de Movimiento Ciudadano en Jacona, Michoacán.

La solicitud de una audiencia con el presidente no ha tenido respuesta inmediata, pero López Obrador, consciente de la situación, ha expresado que es cuestión de tiempo debido a su agenda apretada.

“Es importante acercarme con el Presidente, que me escuche, que escuche mi historia de vida, que es parecida o casi igual a la de todas las mujeres trans. Esa agenda urge, tenemos que ponerle alto a tanto, tanto odio, enfatizó Luévano. “Hoy más que nunca le pido al Presidente esa audiencia”, señaló la legisladora.

Mientras tanto, la diputada no sólo lucha por su propia seguridad sino también por la justicia de aquellos que han caído víctimas del odio y la ignorancia.

Luévano no está sola en esta lucha. Extendió un mensaje de solidaridad a Paola Suárez, la influencer trans de “Las Perdidas”, quien recientemente fue agredida por su pareja y se encuentra hospitalizada. La diputada aseguró a Suárez que no está sola y que todas sus hermanas trans están con ella.

La violencia contra la comunidad LGBT+ en México es un tema alarmante. Hasta julio de 2023, se habían registrado 19 asesinatos de personas LGBT+ en México, siendo más de la mitad víctimas mujeres trans. En 2022, se registraron 87 asesinatos de personas de esta comunidad, siendo 48 de ellos mujeres trans. Las estadísticas reflejan un aumento del 11.5% en comparación con el año anterior.

“Señor presidente: Se lo digo con el corazón en la mano, no descansaremos hasta que se haga justicia para Miriam, para Ociel (Bahena), para Ulises, para su pareja de Ociel y para tantas, tantas hermanas que han caído en las garras del odio, de la ignorancia”, dijo.

La brutalidad y discriminación contra personas transexuales, como el caso de Paola Suárez, destacan la urgencia de abordar este problema y garantizar la seguridad y los derechos de la comunidad LGBT+. La lucha de Salma Luévano no sólo es personal, sino una voz representativa de una causa que demanda atención y acción inmediata.

Este tipo de agresiones pone de manifiesto la brutalidad y el rechazo que enfrentan las personas transexuales en México. Además, el asesinato de Denisse, una mujer trans en Veracruz, a principios de 2023. Este caso fue clasificado como un transfeminicidio, un crimen de odio contra una persona trans.