Con paso firme y mirada al futuro, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó este jueves una ofensiva económica con visión integral. Frente a la reciente política arancelaria impuesta por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el gobierno mexicano respondió con una versión fortalecida del Plan México: una estrategia de 18 puntos que impulsa la industria nacional, promueve la inversión, garantiza la soberanía energética y alimentaria, y prioriza la sustitución de importaciones.
Desde el emblemático Museo de Antropología, Sheinbaum trazó el rumbo con un mensaje claro: “El ‘Plan México’ es el camino que, estoy segura, nos llevará a un México con más empleo, bien remunerado, con menor pobreza y desigualdad, con mayor inversión y producción, con más innovación, menor contenido de carbono, que respete el medio ambiente, nuestra autosuficiencia y soberanía”.
El plan no adopta una postura de confrontación directa. Al contrario, reconoce el diálogo bilateral. La presidenta agradeció a Trump por eximir a los productos del T-MEC de los nuevos aranceles, lo que abre una oportunidad para profundizar la integración regional sin caer en represalias. Aun así, sectores como el acero, aluminio y automóviles con componentes no estadounidenses sí enfrentarán impuestos del 25%.
El primer eje de la estrategia apunta a la autosuficiencia alimentaria. Para 2030, se proyecta un aumento de producción agrícola: maíz a 25 millones de toneladas, frijol a 1.1 millones, arroz a 450 mil y leche a 15 mil millones de litros.
En el rubro energético, el plan contempla un incremento del 30% en la producción de gasolina, diésel y turbosina. También se reducirá la dependencia del gas natural importado y se añadirá una capacidad de 22,674 MW a la red eléctrica nacional.
Para acelerar la infraestructura en 2025, se desarrollarán ocho nuevas autopistas que cubrirán 1,970 kilómetros. A esto se suma una inversión de 33 mil millones de pesos en infraestructura social y 35 mil millones en proyectos privados.
La industria textil busca elevar en un 15% el contenido nacional, sustituyendo más de 36 mil millones de pesos en productos terminados. En el sector automotriz, se priorizará la fabricación nacional de vehículos destinados al consumo interno.
También se establecerá una ventanilla digital nacional de inversiones para eliminar trabas burocráticas, facilitar la inversión privada y fomentar el desarrollo industrial. El 65% de las compras gubernamentales serán destinadas a productos nacionales.
El plan contempla la creación de 100 mil nuevos empleos mediante ferias laborales, un aumento del 30% en el acceso a créditos para pymes, más inversión científica y tecnológica, control de precios en la canasta básica, mejora salarial y la expansión de programas sociales dirigidos a los sectores con menores ingresos.
México ajusta su estrategia sin perder el equilibrio. Una respuesta sólida que alinea crecimiento económico, inclusión social y soberanía productiva.