La canciller mexicana, Alicia Bárcena Ibarra, denunció el operativo policial desplegado por el gobierno ecuatoriano en la embajada de México en Quito, calificándolo como un evento sin precedentes en América Latina y el Caribe, así como a nivel mundial.
En una entrevista con Foro TV posterior al incidente, Bárcena destacó la gravedad del hecho, señalando que es la primera vez en la historia diplomática mexicana que una embajada es violada desde una perspectiva policial. Esto provocó una respuesta contundente del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien declaró la ruptura de relaciones con Ecuador.
La canciller atribuyó la escalada de tensiones bilaterales a la supuesta falta de experiencia del gobierno ecuatoriano, incluyendo la declaración de la embajadora mexicana, Raquel Serur Smeke, como “persona non grata”. Bárcena manifestó su preocupación por la violación del Derecho Internacional y cuestionó la dirección que Ecuador estaba tomando con esta acción.
El operativo desencadenó la peor crisis diplomática en la gestión de Bárcena en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), marcando el clímax de una serie de tensiones que comenzaron cuando Jorge Glas, exvicepresidente del gobierno de Rafael Correa, buscó refugio en la embajada de México, alegando persecución política por parte del gobierno ecuatoriano.
La disputa se intensificó cuando el presidente López Obrador comentó sobre un incidente electoral en Ecuador, lo que generó una respuesta airada por parte del gobierno de Daniel Noboa, quien posteriormente declaró a la embajadora mexicana “persona non grata”.
En respuesta, México otorgó asilo a Glas, exigiendo un salvoconducto para su salida del país, solicitud que fue rechazada por el gobierno ecuatoriano. Horas más tarde, se produjo el asalto a la embajada mexicana y la detención de Glas, durante el cual también resultó agredido Roberto Canseco, quien había asumido la representación diplomática de manera interina tras la expulsión de Serur.