“A salvo y estoy viva. Estoy viva”, escribió en Juliana Velandia Santaella, estudiante mexicana que sobrevivió a la estampida ocurrida en Seúl, Corea del Sur, durante las festividades de Halloween, ocurrida el pasado sábado 29 de octubre y que hasta el momento ha dejado un saldo de 154 muertas.
Fue a finales de agosto cuando Velandia Santaella, alumna de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), arribó a la nación asiática, con motivo de un intercambio estudiantil por un semestre en la Universidad Católica de Corea, sin saber que la experiencia contaría con una vivencia que la haría sentir de cerca la muerte.
La joven mexicana relató a diferentes medios de comunicación que llegó al callejón del popular distrito de Itaewon, después de tomar una fotografía en la calle de bares más concurrida, en donde “todos empezamos a caer hacia abajo”.
En ese tramo, las circunstancias la separaron de su amiga, Calorina Cano, también estudiante de la UABC, en la licenciatura de Negocios Internacionales, que forma parte del programa de intercambio en Corea del Sur.
Llegó un momento que, por la cantidad de gente, porque se empujaban, ya no sintió que sus pies tocaran el piso.
“Nos empezaron a empujar, a empujar, a empujar y no paraban. Nos empezaron a empujar tanto que la perdí (Carolina Cano) de vista. Ya no sabía dónde estaba. En un punto mis pies ya no tocaban el piso, había cuerpos debajo de mi”.
Juliana Velandia Santaella.
En un momento dado, Velandia Santaella solamente pudo mover su cuello y no podía respirar, debido a no expandir sus pulmones. “La única manera de poder seguir respirando era por la boca”.
Al encontrarse atrapada entre tantas personas y sin moverse libremente, la joven mexicana pensó que moriría. “Bueno, voy a ser la siguiente”.
Pudo salir de tal situación cuando un joven que se encontraba en una cortina elevada la tomó de los brazos y sacó. Minutos posteriores, recuperó la sensación de las piernas.