En medio de la carrera hacia las elecciones del 2 de junio, el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, ha emergido como un competidor directo contra el aspirante de la coalición PAN, PRI y PRD, Santiago Taboada, por el cargo de Jefe de Gobierno. A través de actos oficiales y conferencias de prensa, Batres ha dirigido sus críticas hacia la oposición, particularmente hacia Taboada, abordando temas como la sequía en el Valle de México, incidentes en obras públicas y acusaciones de corrupción inmobiliaria.
En respuesta a las declaraciones de Taboada sobre una supuesta crisis de abastecimiento de agua en la ciudad, Batres ha defendido la gestión actual y ha desestimado la emergencia hídrica como una estrategia de la “oposición conservadora” para obtener votos. Sin embargo, esta confrontación directa con el candidato de la oposición podría tener repercusiones contradictorias, según Giselle Perezblas, estratega política y CEO de Auguro Comunicación. Perezblas sugiere que esta estrategia podría proteger a la candidata de Morena, Clara Brugada, pero a costa de debilitar su propia imagen ante los electores.
La Ciudad de México, históricamente dominada por partidos de izquierda, ahora enfrenta un escenario de voto dividido, lo que representa un desafío para el partido gobernante. Gustavo López-Montiel, profesor del Tec de Monterrey, señala que la pérdida de espacios de poder en la capital es una posibilidad real para Morena y sus aliados.
Desde su posición como secretario de Gobierno, Batres ha desempeñado un papel fundamental en la estrategia política de Morena para mantener el control sobre la ciudad. Su intervención directa en la contienda electoral, incluyendo llamamientos a sus funcionarios para defender la ciudad, refleja su compromiso con la causa. Sin embargo, las críticas y acusaciones entre Batres y Taboada, particularmente en temas como la seguridad y la corrupción, podrían definir el curso de esta contienda electoral hasta el día de votación.