El gobierno de Canadá ha designado a Kevin Brosseau como su primer “zar del fentanilo”, una medida que responde a las crecientes presiones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Brosseau, exfuncionario de la Real Policía Montada de Canadá y asesor de inteligencia de Justin Trudeau, comenzará su labor de inmediato con el objetivo de reforzar la cooperación con las autoridades estadounidenses en la lucha contra el tráfico ilegal de esta sustancia.
El primer ministro Justin Trudeau señaló en un comunicado que Brosseau trabajará estrechamente con funcionarios y agencias de seguridad de Estados Unidos para fortalecer la detección y eliminación del comercio ilegal de fentanilo. La decisión es parte de los esfuerzos del gobierno canadiense por mitigar la crisis de opioides y reducir la entrada de la droga en Norteamérica.
La Oficina del Primer Ministro destacó que Canadá ya está tomando medidas significativas para frenar la producción y tráfico del fentanilo ilegal. Según cifras oficiales, menos del 1% del fentanilo interceptado en Estados Unidos proviene de Canadá, lo que indica que la mayor parte del problema se origina en otras regiones.
El nombramiento de Brosseau se produce en un contexto de tensiones comerciales con Estados Unidos. Trump había condicionado la suspensión de aranceles del 25% a las importaciones canadienses a una acción más contundente por parte de Canadá contra el tráfico de fentanilo. La presión sobre el gobierno canadiense también ha incluido acusaciones de facilitar la entrada de migrantes y drogas a territorio estadounidense.
Kevin Brosseau cuenta con una amplia trayectoria en seguridad nacional, inteligencia y operaciones policiales. Su experiencia en la lucha contra el crimen organizado y la seguridad fronteriza lo posiciona como una figura clave para combatir las redes de tráfico de fentanilo que operan entre Canadá y Estados Unidos.
Mientras Canadá refuerza sus esfuerzos en este ámbito, el nombramiento de un “zar del fentanilo” refleja la creciente preocupación internacional sobre la crisis de opioides y la necesidad de una cooperación transfronteriza efectiva. Con la implementación de estrategias conjuntas, se espera reducir el impacto del tráfico ilegal de esta droga en la región.