Las iniciativas recortan al organismo electoral, pero flexibilizan reglas para sobrevivencia y recursos a mini partidos; legisladores podrán contender por reelección sin pedir licencia al cargo.
La iniciativa alterna de reformas electorales vía leyes secundarias o ‘Plan B’ propuesto por el presidente Andrés Manuel López Obrador y aprobado la madrugada de este 7 de diciembre concluyó con reglas que aprietan al INE y favores para los partidos aliados de Morena.
Entre lo avalado por los legisladores de la llamada “Cuarta Transformación” se plantea el recorte al gasto y estructura del Instituto Nacional Electoral (INE), el despido de trabajadores especializados y la remoción anticipada del Secretario Ejecutivo, Edmundo Jacobo Molina.
A lo anterior, casi a la medianoche del martes, Morena agregó a petición de sus aliados del Partido del Trabajo y Partido Verde (PVEM) un Plan C de enmiendas electorales que permitirán a minipartidos mayor facilidad para la subsistencia de sus registros, tener financiamiento estatal y les entrega la posibilidad de generar ahorros con los remanentes de su financiamiento.
“Vida eterna” a favor del PT y Verde
A solicitud de ambos partidos aliados de Morena se flexibilizaron las reglas que los ponían en riesgo de pérdida del registro como partidos –como le pasó al PT hace unos años– y les permite hacer “guardaditos” con los recursos que reciben del erario, como ha intentado el PVEM.
Además, da a los legisladores de todos los partidos la posibilidad de buscar la reelección sin pedir licencia al cargo ni dejar de recibir dieta, subvenciones y apoyos.
Aunque el umbral de 3% de votación para la conservación del registro se preservó, el monto de sufragios a considerar se redujo pues ahora el porcentaje se estimará con base en la Votación Válida Emitida (VVE).
Esta –proponen los cambios al artículo 15 de la Ley General de Instituciones y procedimientos Electorales (Legipe)– será la resultante de quitarle a los votos totales depositados en urnas, no sólo los sufragios nulos o de abanderados no registrados, como está hoy, sino los emitidos por candidatos independientes y de partidos que hayan perdido el registro.
Esa interpretación fue alegada en tribunales por el PT en 2015, cuando estuvo a punto de quedarse sin registro y buscó criterios novedosos para alcanzar el porcentaje exigido.
Además, el 3% podrá estimarse con base no sólo en la votación de diputados federales, sino que podrá ser con la de elección presidencial o bastará con alcanzar al menos el 3% en 17 entidades del país.
Para completar la facilidad, en el artículo 12 de la Legipe quitaron la prohibición de transferir votos, lo que a la coaliciones les permite darle vida eterna a los mini partidos.
En cuanto al tema del reparto y tener derecho a diputados plurinominales, ahora se estimará la Votación Nacional Emitida (VNE) de la que se restarán votos de candidatos independientes, y votos nulos. La propuesta deduce también candidatos no registrados, lo que hace menor el umbral a alcanzar.
Las negociaciones de Morena y aliados llevaron a modificar la propuesta presidencial, el Plan B, que originalmente proponía que los diputados y senadores que buscaran la reelección debían solicitar licencia “hasta un día antes del inicio de las campañas”.
La propuesta contenida en una fracción 2 del artículo 272 de la Legipe desapareció en la última versión de las propuestas de reformas, o Plan C.
Algo que destacó es que en la sesión de madrugada, los partidos opositores abandonaron la discusión.