Encuentran los restos del quinto minero a dos años del trágico derrumbe

El hallazgo de los restos de un quinto minero atrapado en la mina de El Pinabete ha reavivado la conmoción y el dolor en la región carbonífera de Coahuila, donde hace dos años, el 3 de agosto de 2022, un devastador derrumbe seguido de inundación sepultó a diez trabajadores. La tragedia, que conmocionó al país, ha sido un recordatorio constante de los peligros que enfrentan los mineros en su lucha diaria por subsistir, y de las fallas en las medidas de seguridad en las minas de México.

 

La Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) informó este lunes que se encontraron restos óseos que pertenecen a uno de los mineros atrapados en El Pinabete, elevando a cinco el número de cuerpos recuperados desde el desastre. La noticia, aunque dolorosa, ha traído un poco de consuelo a las familias que aún esperan la recuperación de los cuerpos de sus seres queridos, poniendo fin a una angustia que ha durado ya demasiado tiempo.

 

Inmediatamente después del hallazgo, se desplegó un operativo coordinado por la CNPC en colaboración con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), y la fiscalía de Coahuila. Este esfuerzo conjunto, que incluye la colocación de marcos de seguridad y el refuerzo de las estructuras, tiene como objetivo garantizar la extracción segura de los restos humanos, un proceso que sigue siendo delicado y peligroso debido a las condiciones inestables de la mina.

 

Desde el fatídico día del accidente, el proceso de recuperación ha sido extremadamente complejo. La mina, ubicada en el municipio de Sabinas, se inundó tras el colapso de una mina contigua abandonada, conocida como Conchas Norte, lo que complicó las labores de rescate desde el principio. La magnitud del desastre quedó en evidencia cuando, en diciembre de 2022, más de 500 días después del derrumbe, se encontraron los primeros dos cuerpos. Un tercero fue hallado al día siguiente, y el cuarto en enero de este año, después de casi un mes de trabajos continuos.

 

A pesar de los esfuerzos realizados, el incidente ha generado una profunda controversia en México sobre las condiciones de trabajo en las minas y la responsabilidad de las empresas mineras. La región carbonífera de Coahuila, en particular, ha sido escenario de múltiples tragedias similares a lo largo de los años. De acuerdo con la organización Familia Pasta de Conchos, que agrupa a los familiares de los mineros fallecidos en el derrumbe de 2006 en esa mina, más de 100 personas han perdido la vida en accidentes relacionados con la minería en la región. Esta cifra escalofriante ha puesto de relieve la necesidad urgente de revisar y mejorar las condiciones de seguridad en las operaciones mineras.

 

El presidente Andrés Manuel López Obrador, tras el derrumbe, prometió a las familias afectadas que los cuerpos de los mineros serían recuperados en un plazo de meses. Sin embargo, en junio del año pasado, reconoció que el proceso podría extenderse hasta 2024, un plazo que se ha cumplido parcialmente con el hallazgo de este quinto cuerpo. 

 

“Las promesas de recuperación rápida se han enfrentado a la cruda realidad de un rescate difícil y peligroso,” han expresado algunos familiares, quienes aún esperan que las palabras del presidente se conviertan en hechos. El dolor y la frustración de las familias han sido constantes a lo largo de estos dos años, marcados por la incertidumbre y la espera interminable. 

Tragedia en el peridiosmo en Chiapas: Asesinan al periodista Víctor Alfonso Culebro

Tragedia en el peridiosmo en Chiapas: Asesinan al periodista Víctor Alfonso Culebro

En un suceso alarmante, el cuerpo del periodista Víctor Alfonso Culebro Morales, de 39 años, fue hallado sin vida en el kilómetro 28 de la carretera Ocozocoautla de Espinosa-Arriaga, cerca del Ejido Tierra y Libertad, en el municipio de Jiquipilas, Chiapas. Este hallazgo no solo conmociona a su familia y colegas, sino que también subraya los peligros persistentes que enfrentan los periodistas en México. 

Víctor Culebro Morales, director del portal “Realidades, Periodismo con verdad”, fue encontrado con signos evidentes de tortura: sus manos atadas, el rostro cubierto con cinta aislante y el cuerpo presentando impactos de bala. Este brutal asesinato no es solo un ataque personal, sino un intento de silenciar la voz crítica de un comunicador comprometido con la verdad. Su muerte resuena en un país donde la violencia contra la prensa ha cobrado múltiples vidas.

 

La Fiscalía General del Estado de Chiapas, a través de la Fiscalía de Distrito Centro, ha iniciado investigaciones para encontrar a los responsables de este homicidio calificado. Sin embargo, la historia reciente en Chiapas nos recuerda que muchos casos similares quedan sin resolver, y las familias de las víctimas continúan buscando justicia en un sistema que a menudo parece indiferente.

 

Víctor no era solo un periodista; era un padre, hijo y miembro activo de su comunidad. Nacido en San Cristóbal de Las Casas, vivía en el barrio Santo Domingo del municipio de Cintalapa, junto a su pareja y dos hijos. Además de su labor periodística, gestionaba un negocio de venta de agua en pipas, lo que reflejaba su conexión y compromiso con su comunidad. Este contexto personal añade un peso adicional a su trágica desaparición, dejando a una familia rota y una comunidad en duelo.

 

El legado político de su familia también enmarca este suceso en un contexto más amplio. Su padre, Mario Carlos Culebro Velasco, ha sido una figura política prominente en Chiapas, ocupando cargos como secretario de Gobierno y coordinador de campaña del Partido Verde Ecologista de México en Tapachula. Este trasfondo político plantea interrogantes sobre los posibles motivos detrás del asesinato de Víctor, aunque, por ahora, las autoridades no han establecido vínculos directos.

 

En Chiapas, los asesinatos de periodistas han sido lamentablemente recurrentes. Desde 2018, varios comunicadores han perdido la vida en circunstancias violentas, destacando el alto riesgo que enfrentan aquellos que se atreven a denunciar y criticar situaciones locales. Este panorama sombrío es un recordatorio de la lucha diaria por la libertad de expresión en una región donde la impunidad parece ser la norma.

 

La muerte de Víctor Culebro Morales debe servir como un llamado de atención urgente a las autoridades para que tomen medidas efectivas en la protección de los periodistas y garanticen justicia para las víctimas de violencia. La comunidad periodística de Chiapas y de todo México se une en un grito común: basta de impunidad, basta de silenciar las voces críticas.

 

Mientras las investigaciones continúan, la memoria de Víctor, al igual que la de otros periodistas caídos, debe mantenerse viva como un símbolo de la lucha constante por la verdad y la justicia. Su legado en “Realidades, Periodismo con verdad” es un recordatorio permanente de que el periodismo libre e independiente es esencial para la democracia y la justicia social.

 

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