AMLO recurre a una consulta a mano alzada con el pueblo para defender la Reforma Judicial

En un gesto que provocó aplausos, críticas y miradas de sorpresa, el presidente Andrés Manuel López Obrador utilizó su último informe de gobierno como plataforma para defender su controvertida reforma al Poder Judicial. Desde la plancha del Zócalo capitalino, y ante una multitud ferviente, el mandatario realizó una consulta a mano alzada, preguntando a los asistentes si estaban de acuerdo con su propuesta de que jueces, magistrados y ministros sean elegidos por voto popular. La respuesta fue abrumadora: un sí casi unánime resonó entre la multitud.

 

Durante su discurso, López Obrador destacó los logros de su gobierno, haciendo especial énfasis en su lucha contra la corrupción, uno de los ejes centrales de su administración. En este contexto, defendió la reforma judicial como una medida necesaria para erradicar prácticas corruptas dentro del sistema de justicia del país. “No hemos querido transar para que nos aprueben todo; esta reforma es un paso necesario para fortalecer la democracia y garantizar que el poder judicial realmente responda a los intereses del pueblo”, declaró el presidente.

 

La iniciativa de reforma judicial, presentada ante el Congreso el pasado 5 de febrero, ha generado una intensa polémica, tanto a nivel nacional como internacional. Embajadas de países como Estados Unidos y Canadá, así como algunos legisladores estadounidenses, han expresado su preocupación, advirtiendo que la medida podría poner en riesgo el Tratado de Libre Comercio entre los tres países. Sin embargo, López Obrador rechazó estas críticas, asegurando que su reforma respeta la división de poderes y no representa un intento de concentración del poder.

 

“No nos hubiese costado nada seguir con la tradición de siglos de que se sumaran como apéndices los otros dos poderes. Porque durante mucho tiempo de política autoritaria, ‘el poder de los poderes’ era el Ejecutivo”, dijo el mandatario, en un intento por destacar que su propuesta es un esfuerzo por democratizar el sistema judicial.

 

La consulta a mano alzada se llevó a cabo de manera improvisada durante el informe. Con tono retador y un guiño irónico hacia sus detractores, el presidente preguntó: “A ver, que levanten la mano los que piensan que es mejor que a los ministros los elija y a los jueces el presidente y los senadores. Pues no veo a nadie. Que levanten la mano los que consideren que es mejor que los elija el pueblo”. Ante la respuesta multitudinaria de “¡El pueblo, el pueblo, el pueblo!”, López Obrador sonrió, subrayando que su gobierno escucha y actúa conforme al sentir del pueblo mexicano.

 

El presidente no dejó pasar la oportunidad de enviar un mensaje directo a sus críticos internacionales, señalando que la democracia estadounidense también comenzó con la elección de jueces. “Lo digo con todo respeto a nuestros amigos y vecinos de Estados Unidos: esta es la voluntad del pueblo y es importante que se entienda que México está en su derecho de elegir su camino”, afirmó, en un claro gesto de desafío.

 

López Obrador también aseguró que durante su administración se ha respetado la autonomía de los poderes de la unión “hasta el extremo” y que no ha habido transacciones bajo la mesa para aprobar sus propuestas. “Aquí no se negocian principios, y la reforma judicial es uno de esos principios que busca garantizar una justicia real para todos”, puntualizó.

 

La consulta improvisada y la firme defensa de la reforma judicial por parte del presidente López Obrador han encendido el debate sobre el futuro del sistema de justicia en México. Para muchos, el acto en el Zócalo representó un claro mensaje de que la reforma tiene un amplio respaldo popular, mientras que para otros, fue una señal preocupante de que el presidente busca ejercer una mayor influencia sobre el Poder Judicial.