Ver crecer a un grupo de veinteañeros intentando descifrar qué significa ser adulto ya es, por sí solo, una comedia. Ahora imagina todo eso concentrado en una nueva serie original de FX que aterriza con fuerza en Disney+: Adultos, una propuesta irreverente, actual y absurdamente cercana, disponible con todos sus ocho episodios.
Esta serie, creada por Ben Kronengold y Rebecca Shaw, sigue a cinco amigos —Samir, Billie, Paul, Issa y Anton— que viven juntos en la antigua casa de la infancia de uno de ellos. Y no, no es porque quieran revivir la nostalgia, sino porque la vida adulta no perdona, y compartir techo, cenas y hasta cepillo de dientes se convierte en una necesidad más que en una elección.
Cada capítulo nos lanza a la lucha constante por sobrevivir en Nueva York mientras se enfrentan al caos del mundo laboral, las citas modernas, la ansiedad social, el sistema de salud y ese eterno miedo de estar arruinando todo. Pero lo hacen con una mezcla tan desastrosa de ternura e inmadurez que es imposible no ver reflejado, aunque sea un poco, a ese tú que aún no termina de entender qué es ser un adulto funcional.
Adultos viene con un equipo creativo de lujo: Nick Kroll (sí, el de Big Mouth), Stefani Robinson, Sarah Naftalis y Jonathan Krisel, quienes ya han dejado su huella en otras joyas de la comedia como Atlanta y What We Do in the Shadows. Y como si eso no bastara, también hay apariciones especiales de rostros muy conocidos como Charlie Cox, Julia Fox, D’Arcy Carden y más, que aportan momentos únicos dentro del caos emocional que viven los protagonistas.
Esta no es una serie que pretenda darte respuestas. Es más bien un espejo distorsionado —y al mismo tiempo preciso— de lo que se siente tener 20 y tantos años y darte cuenta de que ser “buena persona” no es tan fácil cuando ni siquiera sabes cómo pagar tus cuentas, mantener una relación estable o preparar arroz sin arruinarlo.
Adultos es, sobre todo, una comedia con corazón. Y también con un poquito de desastre. Porque a veces crecer no significa hacerlo bien, sino simplemente sobrevivir con humor. Y si se puede, con amigos igual de perdidos que tú.