Protesta purépecha genera bloqueos en Michoacán por justicia y memoria de desaparecidos

La indignación y el dolor de las comunidades indígenas purépechas se transformaron en acción contundente este jueves, cuando al menos seis carreteras de Michoacán fueron bloqueadas en una protesta sin precedentes. Los manifestantes exigen justicia por las desapariciones forzadas de más de 115 mil personas en México, un grito de auxilio que ha resonado a lo largo y ancho del país.

 

El Consejo Supremo Indígena de Michoacán (CSIM), que representa a más de 70 comunidades de las etnias purépecha, náhuatl, mazahua y otomí, encabezó esta jornada de lucha para exigir la intervención del gobierno federal, liderado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, en el esclarecimiento de la desaparición forzada en 1974 de cinco integrantes de la familia Guzmán Cruz y dos de sus amigos. Estos crímenes se atribuyen a tropas del Ejército mexicano, lo que ha aumentado la tensión entre las comunidades indígenas y las autoridades.

 

Los bloqueos se concentraron en seis puntos estratégicos, paralizando importantes vías de comunicación en el estado. Dos de las carreteras afectadas unen el municipio de Cherán con Zamora y Uruapan, mientras que otra conecta Morelia con Quiroga. Las otras tres rutas bloqueadas enlazan Pátzcuaro con Uruapan, Uruapan con Los Reyes, y una caseta de peaje de la autopista federal entre Morelia y el puerto de Lázaro Cárdenas, a la altura de Taretan, también quedó bajo control de los manifestantes.

 

“El dolor de nuestras familias no tiene fronteras. No estamos pidiendo nada que no sea justicia. Queremos saber dónde están nuestros seres queridos y por qué se los llevaron. No podemos permitir que el olvido borre sus nombres ni la impunidad sus historias”, expresó un representante del CSIM durante uno de los bloqueos.

 

El caso emblemático que detonó la protesta tiene sus raíces en 1974, cuando José de Jesús Guzmán Jiménez y sus hijos Amafer, Armando, Solón Adenauer y Venustiano Guzmán Cruz, junto con sus amigos Rafael Chávez Rosas y Doroteo Santiago Ramírez, fueron detenidos y desaparecidos. Los siete eran conocidos por su activismo político y lucha social, razones que, según las comunidades, los convirtieron en blancos de una brutal represión durante el mandato del expresidente Luis Echeverría Álvarez.

 

Las demandas del CSIM también incluyen el esclarecimiento de una lista más amplia de desaparecidos, en la cual se presume que algunos miembros de la familia Guzmán Cruz habrían sido víctimas de los llamados “vuelos de la muerte”. Esta práctica, documentada por el colectivo “A dónde van los desaparecidos”, consistía en arrojar a opositores políticos desde aviones al océano Pacífico entre 1972 y 1974, a manos de elementos del Ejército y de las extintas Dirección Federal de Seguridad (DFS) y Policía Judicial del Estado de Guerrero.

 

La intervención del gobierno federal es un reclamo urgente para las comunidades indígenas, que denuncian no solo la desaparición de sus seres queridos, sino también una continua violencia estatal y falta de respuesta institucional. “Los pueblos originarios seguimos aquí, luchando, resistiendo. No vamos a callar hasta que sepamos la verdad, hasta que todos nuestros hermanos y hermanas regresen o, al menos, encontremos un lugar digno donde llorarlos”, afirmó otro de los líderes comunitarios.

Reunión en la SCJN convocada por la presidenta Norma Piña en medio de protestas del Poder Judicial

La presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Lucía Piña Hernández, convocó a todos los ministros a una reunión programada para las 11:30 de la mañana. Aunque no se ha confirmado el motivo del encuentro, fuentes judiciales especulan que podría tratarse de una reunión privada previa a la sesión pública del pleno o de un tema relacionado con las protestas de los trabajadores del Poder Judicial de la Federación.

Mientras tanto, los ministros continúan llegando al edificio de la Corte, algunos en sus vehículos y otros caminando. Los más recientes en llegar han sido Javier Laynez Potisek, Lenia Batres Guadarrama, Margarita Ríos Farjat, y Yasmín Esquivel Mossa. Todavía se espera la llegada de los ministros Alberto Pérez Dayán y Jorge Mario Pardo Rebolledo.

Paralelamente, las manifestaciones del personal de la Corte y del Poder Judicial de la Federación persisten en las inmediaciones del edificio, bloqueando la avenida Pino Suárez y la calle Venustiano Carranza.

Fernández Noroña presidirá el Senado; Lilly Téllez vota en contra

Con una sola oposición de la senadora panista Lilly Téllez, se aprobó la conformación de la Mesa Directiva del Senado, la cual será liderada por Gerardo Fernández Noroña. Los legisladores de la mayoría rechazaron la propuesta para que Ricardo Anaya, del PAN, ocupara la vicepresidencia, asignando en su lugar a Mauricio Vila. Así dieron inicio los trabajos de las LXVI y LXVII Legislaturas.

Durante la Sesión Constitutiva, que fue presidida por la Mesa de Decanos, el órgano responsable de declarar el quórum para el inicio de las actividades, se escucharon aplausos, porras y gritos. Manlio Fabio Beltrones, aún miembro del PRI, tomó protesta a los nuevos senadores.

Posteriormente, se distribuyeron las papeletas para la elección de la Mesa Directiva del primer año, utilizando urnas transparentes. La senadora Lilly Téllez mostró su papeleta con el mensaje “En contra de Noroña”. Simultáneamente, Lucía Trasviña, senadora de Morena, depositó su voto en la urna, seguida de su compañera Margarita Valdés, quien mostró su apoyo al petista.

Ya como presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña expresó su reconocimiento al presidente Andrés Manuel López Obrador y a la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, lo que provocó aplausos entre los morenistas y sus aliados. Desde la tribuna, Noroña comentó que “un plebeyo como yo nunca podría haber aspirado al Senado, es la hora del pueblo”. Finalmente, pidió un minuto de silencio en honor a la senadora Rosalinda Hernández López, de Morena, quien falleció hace unos meses.